Cartas de amor

Ha pasado el tiempo y sigo queriéndote como el primer día, espero que te acuerdes, el momento que nos vimos los dos juntos en el lugar que no solemos ir, apenas lo recuerdo y cada día lo amo más, el lugar que nos unió a los dos en la soledad del amor en el lugar que juntos seguimos, en el que nos amamos en silencio, por las causas que ya conocemos los dos, la distancias que nos separa, el tiempo que nos une, son las edades las que nos confunden las que nos unen más.

Espero que sigamos juntos, cada día, cada instante que pasa es como un suspiro que no deja de respirar, que cada bocanada de aire entra en mi cuerpo como cada beso que me das.

Reacuerdo el primer beso, ese instante, ese momento que no puedo, ni quiero olvidar, me dejaste en el momento de mi niñez, en los recuerdos de mi infancia, esperando el beso de mi príncipe, no pensé que fueras tú, pensé en un hombre, en un común mortal como todas las amadas sueñan, pero, no, tu me has dado esa lucidez, esa forma de querer a un ser, ese hombre que sueña todas las amadas, pero, te tengo yo, sola para mí, así que recuerdo ese momento que me sumergisteis en la infancia y al mismo tiempo de ser mujer.

Quisiera contarte tantas cosas, como paso el tiempo, como cuento los minutos para volver a tu lado, y tenerte en mis brazos, que me acaricies, que me ames, que me hagas perder la inocencia de mi alma, y me hagas mujer, esas cosas quiero contarte, pero cuando te tengo a mi lado, no tengo palabras, sólo quiero estar a tu lado y sentir el silencio de tus besos en mi piel.

Esta carta es para ti de mi alma ha salido, de mi boca no salen palabras, de mis manos sólo el tacto de tocarte, de darte mi amor, y seguir en el tiempo los dos, aún que pase, y pasará pero no quisiera que me contaras los minutos, y sí que me contaras las horas que estaremos juntos.

Me despido con un hasta luego mi amor, que me estoy durmiendo y no quiero despertar del sueño, y si lo intentas déjame soñar, esta realidad.

Te amo, te quiero, y no se que más decirte, sólo que no me olvide en tu ínstate, como yo, no te quiero perder en el momento de nunca jamás.

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Un día soñé en querer,
la soledad me acompañaba
las hojas caían en mis pies
y una tarde te encontré

no quiero pensar en los días pasados
quiero soñar en el futuro
y cuando despierte,
pensaré que he vivido
un sueño de niñez.

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